Seleccionar página

Elsa Pons y Miquel Jaume, premios Cornelius Atticus

por Redacción Mallorca Informa | 16 Mar, 2024 | Historias

El Consell de Govern ha aprobado la propuesta de acuerdo de la Conselleria de Turismo, Cultura y Deportes para conceder la distinción Cornelius Atticus 2023 a Elsa Pons Fortuny y a Miquel Jaume, en este caso a título póstumo.

La menorquina Elsa Pons (1951) cuenta con una dilatada carrera deportiva ligada al tenis, donde ha sido una mujer pionera como jugadora y entrenadora, y, desde 2015, como propietaria de una empresa de servicios deportivos.

Por su parte, el mallorquín Miquel Jaume (1953-2021) recibe, a título póstumo, el máximo galardón deportivo de las Islas en reconocimiento a su dilatada experiencia como entrenador y gestor deportivo, en la que destaca su etapa en el Mallorca Palma Futsal.

Es Baluard acogerá el acto institucional de entrega de galardones el martes 26 de marzo.

El premio Cornelius Atticus recibe el nombre del primer deportista que se conoce en Baleares, un atleta pancraciasta (una disciplina de lucha cuerpo a cuerpo) del siglo III cuya lápida, con un poema laudatorio inscrito, se encontró durante las excavaciones en la ciudad romana de Pollentia (Alcúdia, Mallorca) en 1933.

Elsa Pons inició su carrera como tenista en 1972. Desde entonces, ha ejercido como jugadora, capitana de equipos, dirigente de clubes, asambleísta y delegada en Menorca de la Federación de Tenis. Ha sido la ganadora absoluta en todos los abiertos organizados en Menorca desde 1978. En 1993 se convirtió en la primera presidenta mujer de un club de tenis en España, concretamente el CT Alaior, del que era propietaria desde hacía un año.

Miquel Jaume Roig (1953-2021) es una de las personas más reconocidas del deporte balear. Hasta su muerte fue presidente y fundador del club de primera división de fútbol sala Palma Futsal.

Anteriormente, vivió una carrera en los banquillos del fútbol mallorquín, en el Manacor y en el Juvenil del Real Mallorca. En 1988 fundó la Asociación Deportiva Manacor.

Hizo así de un equipo local y humilde un referente en todas las islas, y dotó de protagonismo e identidad a un deporte minoritario como era el fútbol sala, junto con un trabajo social admirable. Diez años después de su fundación, el proyecto de Miquel Jaume llegaba a la máxima categoría posible.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *