David Gil, portavoz adjunto de Vox en el Consell de Mallorca, ha expresado su rechazo a la reciente exigencia de la Obra Cultural Balear (OCB) para incluir el impacto del turismo sobre la cultura y la lengua en la mesa por la sostenibilidad. Según Gil, la iniciativa de la OCB refleja una instrumentalización política que busca imponer una agenda ideológica, alejándose de los verdaderos desafíos económicos, y sociales que enfrenta Mallorca.

“En Vox defendemos la importancia de abordar la sostenibilidad desde una perspectiva integral que incluya la dimensión económica, social y ambiental. Sin embargo, creemos que la propuesta de la OCB de introducir conceptos como la ‘sostenibilidad lingüística y cultural’ es un intento velado de seguir imponiendo la lengua catalana, relegando al español, y otras lenguas que también forman parte de nuestra realidad social”, ha afirmado David Gil.

Gil ha destacado que “la inclusión de entidades exclusivamente culturales en la mesa por la sostenibilidad no es representativa de las verdaderas necesidades del cambio de modelo turístico, el cual es crucial para la economía de Mallorca y las Islas Baleares en su conjunto.”

Para el consejero y portavoz de Vox, “el turismo es el motor económico de nuestra comunidad y debemos centrar nuestros esfuerzos en garantizar su sostenibilidad y crecimiento económico. La OCB parece más interesada en avanzar su agenda cultural que en colaborar para encontrar soluciones viables a los problemas que afectan a todos los ciudadanos, independientemente de su lengua o cultura.”

Además, desde Vox cuestionan la afirmación de la OCB sobre los efectos “nocivos” del turismo en la lengua y la cultura locales. “El turismo ha sido un puente para la interculturalidad y ha enriquecido a nuestra sociedad. Es erróneo y alarmista culparlo de la supuesta crisis lingüística. Debemos promover una convivencia armoniosa, y respetuosa entre todas las lenguas, y culturas presentes en nuestra región”, ha añadido Gil.

Vox como ya declaró en el Pleno del Consell de Mallorca celebrado el pasado jueves, insiste en que las políticas de sostenibilidad deben centrarse en aspectos tangibles como la gestión ambiental, la mejora de infraestructuras, y la diversificación económica. “No permitiremos que la OCB desvíe la atención de los problemas reales con su discurso polarizador. La sostenibilidad debe ser una herramienta para el progreso y no un campo de batalla ideológico”, ha concluido David Gil.