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Acusados de narcotráfico en un restaurante de Magaluf niegan haber vendido droga a turistas

por Redacción Mallorca Informa | 1 Dic, 2023 | Calvià, Destacadas, Justicia

Un cocinero y los propietarios de un restaurante de Magaluf acusados de narcotráfico han negado este viernes haberse dedicado a vender sustancias estupefacientes a turistas, desentendiéndose de la droga intervenida por la Guardia Civil en la investigación.

El trabajador y el matrimonio dueño del negocio han declarado este viernes en el juicio celebrado por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Todos han negado que la droga encontrada fuera suya y han dicho no saber nada de un supuesto negocio de venta de estupefacientes.

Según la Guardia Civil, la actividad de narcotráfico habría tenido lugar al menos entre julio y agosto de 2022. El fiscal pide para el dueño de restaurante una pena de ocho años de cárcel y 100.000 euros de multa; y para el cocinero y la mujer del propietario, siete años de cárcel y multa de 90.000 euros cada uno.

El propietario del restaurante, que tras ser detenido admitió el tráfico de drogas, ha cambiado su versión en el juicio de este viernes, asegurando que confesó porque se puso nervioso por una agresión a su mujer en el calabozo. Según ha dicho, estaba “muy preocupado” por los dos hijos que tenían –uno de ellos de apenas un mes de vida– y temía que le fueran “a quitar a los niños”; así, por miedo reconoció “todo”.

El hombre, que sólo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha justificado el trasiego de personas durante pocos minutos por el restaurante –según la Guardia Civil, serían compradores de droga– diciendo que por su ubicación, en una esquina en Punta Ballena, entran muchas personas para preguntar por discotecas y locales de ocio, o interesándose por el menú y los precios.

El dueño del restaurante también ha dicho que es consumidor de droga y que ha tratado de someterse a tratamientos de deshabituación en la cárcel.

DROGA OCULTA EN UN BMW

El hombre fue detenido cuando conducía un BMW en el que se encontraron, ocultas tras el cuadro de fusibles, 36 dosis de cocaína preparadas para su venta, de las que este viernes se ha desentendido. El procesado ha mantenido que el coche no era suyo, sino del cocinero, y que lo estaba probando para comprárselo.

El cocinero, sin embargo, ha declarado a su vez que el coche no era suyo, sino de su jefe, asegurando que no sabe nada de la cocaína hallada en el coche, ni tampoco de la que guardaba el dueño del restaurante en su domicilio.

El empleado ha mantenido que él trabajaba dentro la cocina, sin atender directamente clientes, y que no sabía nada de que en el restaurante se vendiese droga. El hombre dormía en el local, donde tenía algunos enseres, ya que trabajaba “día y noche”. Ha rechazado que saliera a la calle realizar labores de vigilancia, como apuntaba la Guardia Civil, sino “a tomar el aire” mientras hacía un descanso.

DROGA ESCONDIDA EN UN TALLER MECÁNICO

Por último, la mujer ha declarado que cuando detuvieron a su marido, apenas un mes después de nacer su segundo hijo en común, ella no sabía por qué motivo fue. La coacusada ha indicado que en los meses previos no había frecuentado el bar porque su embarazo había sido complicado y la obligó a hacer visitas constantes al hospital.

La mujer fue detenida junto al cocinero en las inmediaciones de un taller. La Guardia Civil sospechaba que, tras el arresto de su cómplice, estaban trasladando la droga del domicilio al taller mecánico. Al registrarlo los investigadores encontraron 290 envoltorios de cocaína, 100 gramos de un derivado anfetamínimo y una báscula de precisión.

El cocinero ha asegurado que sólo fueron al taller por un cambio de aceite, y la mujer ha declarado que nunca había visitado antes el local. Según su versión, acompañó al trabajador al taller porque venían de comprar ingredientes para el restaurante en una gran superficie, y ella no podía empujar los carros debido al parto reciente.

AGRESIÓN EN LOS CALABOZOS

La mujer denunció que, mientras estaba detenida en los calabozos, un Guardia Civil le dio una bofetada, un incidente que quedó registrado por las cámaras de seguridad.

Al ser informado, un superior del agente implicado ordenó dejar constancia de ello en las diligencias y preservar las imágenes, puso el caso en manos de la Policía Judicial para investigarlo y procedió disciplinariamente contra el agente. La mujer fue conducida a un centro médico.

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