Los acusados mantenían una plantación de marihuana en el domicilio de la abuela en Son Servera

Seis personas de un clan familiar de Son Servera han pactado este martes con la Fiscalía penas que alcanzan los diez años de cárcel y multas que suman 115.000 euros por traficar con cocaína y cannabis en Mallorca.

La Fiscalía y la defensa de todos ellos, ejercida por el abogado Miguel Ángel Ordinas, han formalizado en la Audiencia Provincial de Baleares un acuerdo de conformidad por el que los acusados han reconocido su participación.

Así, los procesados han admitido que se dedicaron al tráfico de sustancias estupefacientes entre septiembre de 2020 y marzo de 2021, en Son Servera y municipios aledaños, dentro de una estructura criminal organizada. Los acusados son cuatro hermanos, su madre y un sobrino.

La mayor de las penas ha sido para el acusado de dirigir la agrupación familiar, un hombre con antecedentes por tráfico de drogas. Ha aceptado una pena de tres años y medio de cárcel y multa de 60.000 euros por organizar la adquisición de cocaína y su preparación, distribución y venta. También controlaba una plantación de cannabis en el altillo de la vivienda de su madre, condenada como cómplice.

El resto de los procesados han aceptado penas de entre seis meses y dos años de cárcel, y ninguno de éstos entrará en prisión porque se les ha concedido el beneficio de la suspensión de la pena atendiendo a sus circunstancias familiares y laborales y su hoja histórico penal.

Para poder acogerse a este beneficio, uno de ellos tendrá que realizar trabajos en beneficio de la comunidad. Se trata del hermano del cabecilla, propietario de la plantación de marihuana y la persona dentro del clan con mayores conocimientos técnicos sobre el cultivo de cannabis. Cuenta con otro antecedente por tráfico de drogas.

El resto de los miembros del plan actuaban de acuerdo a las instrucciones de los anteriores, realizando distintas labores dentro del grupo criminal. Otra hermana del cabecilla ha sido condenada solamente por un delito de encubrimiento, por ayudar a ocultar la sustancia estupefaciente permitiendo que utilizaran su domicilio; con todo, la Fiscalía ha añadido a su escrito que no obtuvo beneficio económico de ello.

La vivienda fue registrada en marzo de 2021 y los investigadores se incautaron de 62 plantas de cannabis en maceta, en estado de floración, así como bolsas de cogollos secos y unos 100 gramos de cocaína.