Las altas temperaturas que este año está registrando el mar Mediterráneo facilitan la presencia de las medusas, esos incómodos visitantes que amenazan a los bañistas durante el verano. La investigadora del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, Macarena Marambio, nos ha ofrecido algunos consejos y recomendaciones que nos ayudarán a minimizar el efecto de las picaduras de medusas.

Evitar utilizar el agua dulce, el vinagre, el amoniaco y el alcohol en caso de recibir una picadura es la primera recomendación. Se debe lavar la herida con agua marina, nunca con agua dulce. Además, el hecho de aplicar un “shock de frío” durante “cinco o diez minutos” en la zona de la picadura con una bolsa de plástico llena de cubitos: “Lo que hace es que desnaturaliza el veneno, con lo cual el efecto es mucho menor”, ha explicado.

Así, ha recordado que la picadura es “una herida abierta”, por lo que hay que cuidarla durante unos días para que ciatrice y ha aconsejado utilizar una pomada que tenga cortisona y antisépticos tras el hielo. A su vez, ha insistido en que, si uno recibe la picadura de una medusa, tiene que extremar la precaución para que no se vuelva a repetir durante ese verano: se ha generado una memoria en el sistema inmunitario y la respuesta puede ser mucho mayor, “que es cuando va a requerir hospitalización”.

En líneas generales, ha considerado que para protegerse de las medusas “lo mejor es abusar, con letras mayúsculas, de las cremas solares”. “Es una barrera natural fantástica”, ha insistido.