La localidad de Sant Jordi ha acogido este domingo la XXIII edición de la Fira del Caragol, una de las citas gastronómicas más arraigadas en el calendario festivo de Palma, que este año ha conmemorado un cuarto de siglo desde su creación. La jornada ha puesto de manifiesto el papel clave que desempeña esta feria en la preservación y promoción de las tradiciones locales.
La Fira del Caragol ha reunido una destacada muestra de gastronomía, artesanía y cultura popular, consolidándose como un evento de referencia no solo para los vecinos de Sant Jordi, sino para toda Mallorca. Organizada por la asociación Fira del Caragol con el apoyo del Ayuntamiento de Palma, la feria ha contado con una amplia participación vecinal y ha sido declarada de interés municipal.
Uno de los momentos centrales del día ha sido el tradicional corte de cinta, que ha dado paso a un recorrido por los distintos espacios de la feria. La programación ha incluido actividades para todos los públicos, desde talleres infantiles hasta exhibiciones gastronómicas con el caracol como protagonista.
Tradición culinaria y productos locales
El evento ha rendido homenaje a uno de los ingredientes más característicos de la cocina mallorquina: el caracol, símbolo culinario y cultural de la isla. Junto a las degustaciones, los visitantes han podido disfrutar de una extensa oferta de productos agroalimentarios y artesanales procedentes de diferentes puntos de Mallorca y Baleares.
Además de la gastronomía, la Fira ha promovido la sostenibilidad y la educación ambiental. EMT Palma ha facilitado un autobús de hidrógeno con fines didácticos, ofreciendo a los más jóvenes una forma diferente de acercarse a la movilidad sostenible.
La colaboración del Ayuntamiento de Palma ha sido esencial para la celebración del evento, proporcionando carpas, servicios sanitarios y apoyo logístico. Las actividades infantiles y el despliegue de infraestructuras han contribuido a crear un entorno accesible y festivo para todas las edades.
0 comentarios