La Conselleria de Salut ha iniciado este lunes la campaña de vacunación infantil contra la gripe en un total de 353 centros educativos públicos, privados y concertados de las Illes Balears, dirigida a unos 28.000 niños nacidos en los años 2020, 2021 y 2022. Coincidiendo con el inicio de la campaña, la consellera de Salut, Manuela García, ha visitado el CEIP Marian Aguiló de Palma, donde se ha vacunado ya al 58% de los menores citados con autorización parental, mediante una vacuna intranasal.
Durante la visita, García ha estado acompañada por la directora general de Primera Infancia, Atención a la Diversidad y Mejora Educativa, Neus Riera; la subdirectora de Cuidados Asistenciales del Servei de Salut, Concha Zaforteza; y el gerente de Atención Primaria de Mallorca, Carlos Raduán.
Esta campaña se ha extendido a todos los colegios de Baleares —275 en Mallorca, 43 en Eivissa, 4 en Formentera y 31 en Menorca— tras los buenos resultados del plan piloto de 2024, que logró vacunar al 43,2% del grupo objetivo, más del doble que en la estrategia convencional fuera de los centros escolares.
Equipos móviles y mayor cobertura
Para ejecutar esta campaña, el Servei de Salut ha organizado 13 equipos móviles formados por enfermeras de Atención Primaria, cada uno integrado por dos enfermeras, un TCAE, personal administrativo y conductores.
El objetivo es aumentar la cobertura de vacunación entre los menores de cinco años, uno de los colectivos más vulnerables frente al virus estacional. Aunque la letalidad por gripe entre menores de 15 años es baja, el 95% de los niños que fallecen por esta enfermedad tienen menos de cinco años, además de tener la segunda tasa más alta de hospitalización e ingreso en UCI, solo superada por las personas de edad avanzada.
Prevención de complicaciones y contagios
La vacunación en este grupo también se recomienda porque los menores pueden no presentar los síntomas típicos de la gripe, como fiebre o fatiga, pero sí desarrollar complicaciones graves, como neumonía, crisis asmáticas u otitis. Además, los niños pequeños suelen actuar como vectores principales de contagio hacia otros colectivos de riesgo.
Las enfermeras desplazadas a los centros estarán equipadas con material para tratar posibles efectos adversos y permanecerán en la escuela hasta 30 minutos después de la última vacunación para supervisar la evolución de los alumnos.







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