Un policía nacional, que era responsable de Conducciones y Custodias cuando se detuvo a Bartolomé Sbert en 2017, ha admitido que permitió “como un favor” que los agentes de Blanqueo que investigaban la causa se entrevistara con él, sin abogado, mientras estaba en los calabozos.
El agente ha declarado como testigo en la sesión de este miércoles del juicio contra los investigadores del caso Cursach, el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán, y cuatro agentes de Blanqueo.
El testigo ha reconocido que este escenario, que policías que están investigando se entrevisten con arrestados, “no es frecuente”. En todo caso, ha afirmado que no vio “gestos amenazantes”. Ha añadido que “no le constaba” que tampoco tuvieran permiso del fiscal o el juez.
También ha explicado que fue él quien en la prisión entregó, por orden de Miguel Ángel Blanco, su teléfono al empresario Antoni Roig –detenido por la causa de la ORA– para que le llamara, cuando ya estaba en prisión preventiva por si quería declarar. “Su reacción fue normal”, ha afirmado.
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