El Ayuntamiento de Palma ha dado luz verde, de manera definitiva, a sus presupuestos para el ejercicio de 2024, sin admitir ninguna de las reclamaciones hechas por distintas asociaciones y partidos políticos de la corporación local y que ascienden a 531,1 millones de euros, un 8,97 por ciento más que en 2023.

La mayoría de PP y Vox en el Consistorio ha aprobado, en un pleno extraordinario celebrado este viernes, las cuentas municipales con los votos en contra de PSIB, MÉS per Palma y Unidas Podemos.

Estas cuentas habían recibido las reclamaciones del Colegio de Educadores de Baleares, de la Asociación de Producción Agraria Ecológica de Mallorca, de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, de los grupos Municipales de PSIB y MÉS y otra de la Asociación Española de Agricultura Ecológica.

Todas ellas han quedado desestimadas por, según ha indicado la teniente de alcalde de Hacienda, Función Pública y Gobierno Interior, Mercedes Celeste, no contar con la aprobación de los técnicos del Ayuntamiento, por lo que las cuentas aprobadas inicialmente en noviembre no han sufrido modificaciones.

La primera representante de la corporación municipal en intervenir ha sido la regidora de Unidas Podemos, Lucía Muñoz, quien ha empezado su discurso con una mención al desahucio de este jueves, de la antigua sede la Federación Balear de Petanca –propiedad del Consistorio– que se encontraba ocupada por diversas personas.

En ese sentido, ha indicado que estos presupuestos “no tienen intención de solucionar el problema de la vivienda”, ya que, a su entender, la ecotasa y la Ley de Capitalidad daban recursos suficientes para “muchas alternativas habitacionales”.

La representante municipal ha aseverado que son unos presupuestos de “recortes en derechos sociales”, “sin modelo de ciudad” y “cogidos con pinzas”.

Muñoz ha criticado que no suban las inversiones en los barrios y se hayan rechazado proyectos como la ampliación de los carriles bici o la gratuidad de la EMT, por lo que, a su juicio, son “unos presupuestos muy irresponsables”.

PRESUPUESTOS “TECNÓCRATAS”

La siguiente en tomar la palabra ha sido la portavoz de MÉS per Palma, Neus Truyol, quien ha reprochado a Celeste que haya hecho una explicación “tecnócrata” de las reclamaciones que han sido rechazadas, sin indicar los proyectos que piensan financiar o las mejoras previstas en la ciudad.

Sobre estas reclamaciones, ha aseverado que aunque los técnicos las hayan desestimado, quien decide aprobarlas son “los políticos”, por lo que ha pedido al gobierno municipal que “no se esconda detrás de los técnicos”.

Truyol ha insistido en que el presupuesto está “lleno de recortes en servicios” dado que, desde su punto de vista, el Ayuntamiento no aporta dinero a ámbitos como las escoletas, la vivienda pública, la memoria democrática o la promoción de la lengua catalana.

La representante ecosoberanista ha censurado que el PP sí apruebe unos presupuestos que aumentan la cuantía para la promoción turística y sirvan para la adquisición de nuevos coches oficiales. Por estos motivos, ha considerado que se trata un presupuesto “sectario” y “excluyente”.

“Este jueves parece que a Vox le tocó la lotería en el Parlament, porque se aprobaron sus presupuestos pero en Palma quien sale perdiendo son sus vecinos, que les ha tocado un gobierno sectario”, ha apuntado.

En la misma línea ha ahondado la portavoz del PSOE, Rosario Sánchez, que ha apuntado que “no había motivos para hacer recortes” porque el Ayuntamiento tenía “una situación financiera sólida”, por lo que, desde su punto de vista, la corporación podría haber aceptado más enmiendas, puesto que las que ha aceptado, lo ha hecho para “cumplir con la legalidad” y ha estimado que este presupuesto “no va a ser suficiente”.

Sánchez ha alegado que se trata de un presupuesto “tecnócrata”, en el que los residentes no son “una prioridad”, a los que “les falta información” y “no cumplen con las leyes, como la LGTBI, la de Memoria Democrática, de Normalización Lingüística o de Capitalidad”.

Igualmente ha reprochado que los presupuestos de 2024 “pierden su capacidad redistributiva”, porque “quita impuestos a los poderosos” y “reduce los servicios públicos”.

Por parte del partido que sí ha dado su apoyo a las cuentas municipales, además del PP, ha intervenido el concejal Ignacio Esteban, quien ha defendido que estos presupuestos vienen afectados por las cuentas anteriores, al “heredar una serie de carencias y deficiencias” que “se tenían que corregir”.

Esteban ha destacado que se hayan aceptado las enmiendas de Vox en materia de vivienda para trata el problema habitacional que hay en Palma, ya que se han buscado qué partes de los ingresos podían ayudar a incentivar la actividad inmobiliaria, con la reducción de tasas e impuestos. Asimismo, ha agregado que en su acuerdo con el PP se incluye un estudio sobre las ordenanzas fiscales municipales.

En la partida de gastos, el regidor de Vox ha señalado que había una serie de carencias y ha criticado que el anterior presupuesto estaba centrado en “ayudas indiscriminadas” que “respondían a intereses electorales”, por lo que ha reivindicado que los de este 2024 se basan en la “gestión” y la “eficacia”.

“DESHACER LO QUE HAN HECHO”

En su turno de réplica, Celeste ha censurado a la oposición por haber dejado una ciudad con “cadáveres urbanos”, por lo que les ha pedido que “salgan a la calle a ver cómo habían dejado Palma”.

En respuesta a las acusaciones de aumentar el presupuesto para coches oficiales, la responsable de Hacienda lo ha justificado con el elevado consumo de los anteriores y que el anterior equipo de gobierno fue “incapaz” de adquirir unos coches sostenibles. “Nos pasearemos en coches ecosostenibles pero son coches para todos”, ha apuntado.

Celeste ha manifestado que los presupuestos de 2024 servirán para “deshacer todo lo que hizo” la anterior corporación municipal y “arreglar lo que hicieron mal”, además de para “construir una Palma segura y sin contratos para amigos o familiares”.

Como contestación a que son unos presupuestos tecnocráticos, Celeste ha reconocido que sí, ya que se ha tenido que hacer “una criba” en las reclamaciones de lo que “técnicamente no se podía admitir”.