La noticia de que treinta familias han denunciado al Govern de Baleares por no ofrecer clases de religión islámica en los colegios públicos y concertados no es más que una nueva muestra del avance del multiculturalismo impuesto y de la continua erosión de nuestra identidad nacional. En lugar de reforzar los valores y la cultura que han forjado España durante siglos, el sistema educativo balear parece más preocupado en satisfacer exigencias minoritarias que en garantizar una enseñanza de calidad basada en nuestras raíces.
Vox ha denunciado en reiteradas ocasiones la deriva ideológica de las instituciones autonómicas y la cesión ante las presiones de colectivos que pretenden modificar la esencia de nuestro sistema educativo. No es casualidad que los mismos que atacan la enseñanza de la religión católica, pilar fundamental de nuestra historia y tradiciones, sean ahora los que exigen recursos y profesores para impartir el Islam en las aulas. Se trata de una contradicción evidente: se pretende eliminar la enseñanza religiosa cristiana por “falta de laicidad”, mientras se fomenta la introducción del Islam, una religión que, lejos de defender los valores democráticos occidentales, representa principios contrarios a nuestra cultura y libertades.
La realidad es que esta batalla educativa no está aislada. Forma parte de un plan más amplio de ingeniería social promovido por la izquierda y el globalismo, con el objetivo de desdibujar nuestras fronteras culturales y diluir nuestra identidad nacional. El problema no es solo que se pretende incluir la enseñanza islámica en los colegios públicos, sino que esto se haga en detrimento de la historia y tradiciones españolas, sin el más mínimo debate social ni respeto por la mayoría de los ciudadanos.
En Baleares ya hemos visto cómo el catalanismo radical ha intentado imponer su agenda en la educación, eliminando el español como lengua vehicular en muchas aulas. Ahora, la siguiente fase de este proceso es la islamización progresiva de la enseñanza, con el argumento de la “diversidad” y la “inclusión”. Pero, ¿qué inclusión hay cuando se discrimina nuestra propia cultura y religión? ¿Qué diversidad se fomenta cuando se margina la enseñanza del cristianismo en favor de dogmas importados?
Además, resulta inaceptable que el Govern se plantee destinar recursos públicos a la contratación de profesores de religión islámica en colegios públicos cuando nuestro sistema educativo sufre graves carencias en asignaturas esenciales como matemáticas, lengua o ciencias. No hay dinero para mejorar la educación en materias clave, pero sí para introducir una religión que, en muchos casos, va en contra de los valores de igualdad y libertad que defendemos en Occidente.
Desde Vox, exigimos que se ponga fin a esta deriva ideológica y que se garantice un sistema educativo basado en la historia, la cultura y los valores españoles. Defendamos nuestra educación frente a la islamización y rechacemos cualquier intento de imponer en las aulas una doctrina ajena a nuestra tradición. Nos oponemos frontalmente a cualquier intento de imponer el Islam en las aulas y defendemos siempre la primacía de nuestras tradiciones frente a la agenda multiculturalista. No podemos permitir que se siga desmantelando la identidad de nuestro país bajo la excusa de la “tolerancia” y la “diversidad”. Es hora de recuperar el sentido común y defender España con orgullo.
David Gil ha colaborado en varios medios digitales. Ha sido Presidente de VOX en Baleares. En la actualidad es Portavoz adjunto de VOX en el Consell de Mallorca.
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