Los pasados días 1 y 2 de julio, el municipio de Alcúdia vivió intensamente una de sus celebraciones más emblemáticas: la Revetla y la fiesta de la Mare de Déu de la Victòria. El evento, profundamente arraigado en el calendario local, contó con una destacada participación ciudadana y numerosos visitantes que se sumaron a las actividades programadas.

Las celebraciones se llevaron a cabo en los alrededores de la ermita de la Victòria, con una importante afluencia tanto de alcudienses como de personas llegadas de otros lugares. Durante dos días, los actos populares, culturales y religiosos llenaron de vida las calles, la montaña y los espacios más representativos del municipio.

Música, devoción y espíritu festivo

La Revetla arrancó con música, bailes y un ambiente festivo que dio paso a los actos litúrgicos del día grande. El espíritu familiar y la tradición estuvieron presentes en todo momento, reforzando el vínculo cultural e identitario de la comunidad.

Entidades locales como la Colla de Geganters d’Alcúdia, la Obreria Amics de la Victòria y la Banda Municipal de Música d’Alcúdia jugaron un papel esencial en el éxito de la celebración. Su implicación, junto con la participación activa del público, contribuyó decisivamente al buen desarrollo de esta edición.

Tradición religiosa y patrimonio cultural

Las autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa Josefina Linares, asistieron a los principales actos oficiales y religiosos, subrayando la importancia de esta festividad dentro del patrimonio cultural, social y espiritual de Alcúdia.

Uno de los momentos más destacados fue la bajada en procesión de la imagen de la Mare de Déu hasta la iglesia del pueblo, donde permanecerá hasta el 26 de julio. Ese día tendrá lugar la solemne procesión de la Trienal, uno de los acontecimientos más esperados del calendario religioso local.

La celebración de este año, con una combinación de elementos tradicionales, música, gastronomía y espiritualidad, volvió a demostrar el carácter integrador y el valor simbólico de esta fiesta como expresión viva de la identidad alcudiense.