Alrededor de un millar de personas, según los organizadores, se han manifestado por las calles de Palma para respaldar la causa del pueblo palestino y resaltar que lo que sucede en el conflicto entre Israel y Palestina “no es guerra, es un genocidio”.

La manifestación ha partido de la plaza del Tubo de Palma, ha seguido su recorrido por Avenidas, para adentrarse posteriormente en las calles más céntricas de la ciudad, hasta a las puertas de la Delegación del Gobierno.

A su paso se han podido escuchar consignas como “dónde están no se ven, las sanciones a Israel”, “el único terrorista, el Estado sionista” o se ha pedido “que todas las naciones, corten relaciones”. En la marcha también se han leído pancartas en las que se pedía “parar el genocidio en Palestina” o “contra la barbarie sionista”.

Un mes después del inicio de la escala bélica entre Palestina e Israel, un grupo de solidarios denominado Ciutadans per Palestina-Mallorca ha convocado esta movilización para dar continuidad a las iniciativas como respuesta de los recientes acontecimientos en Palestina y Oriente Medio.

Su intención es mostrar su rechazo “al sionismo imperialista que perpetúa del genocidio del Estado criminal de Israel desde su creación en 1948”, una situación que, desde su punto de vista, “no ha hecho más que empeorar en las últimas décadas”.

El colectivo ha situado el último episodio de este enfrentamiento en “el levantamiento de Gaza y la posterior respuesta del Estado sionista al masacrar, mediante intensos bombardeos aéreos, a la población civil con la excusa de perseguir a los terroristas de Hamás”.

Los convocantes han dejado claro, a través de su manifiesto, que no pretenden “atacar a ninguna religión ni identidad” pero sí señalar “la ideología del sionismo, asimilada maliciosamente como pensamiento único dentro del judaísmo”, a la que acusan de la “responsable directa de este genocidio”, con el actual primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a la cabeza.

“Durante estas más de dos semanas de bombardeos, con miles de víctimas civiles, la sociedad ha presenciado, ante la pasividad de la comunidad internacional, cómo se atacaban supuestos corredores humanitarios, viviendas, hospitales, personal sanitario y periodistas con toda impunidad”, han señalado los organizadores de la marcha.

Ciutadans per Palestina también han insistido en enfocar sus protestas “desde el punto de vista antiimperialista y de clase”, ya que “los propios ciudadanos palestinos son empleados como mano de obra por el Estado sionista, en la mayoría de casos sin respetar sus derechos como trabajadores”.

Del mismo modo, también han señalado otro de “los elementos de opresión”, como es el “control” que se ejerce en la entrada y salida de las zonas ocupadas de Gaza y Cisjordania con permisos de trabajo, “abusos de todo tipo y agresiones en los ‘check-points’ por parte de los soldados del ejército de Israel que, en numerosas ocasiones, terminan como heridos gravas y fallecidos’.

Por otro lado, han destacado que los trabajadores de aquellas potencias que “ofrecen apoyo a este genocidio sufren también las consecuencias”, algo que han comparado con los dos años de conflicto en Ucrania, que ha conllevado “el incremento en el gasto militar”, que “siempre afecta a los derechos de la clase obrera”.

“Ya sea la inflación sobre los precios o el encarecimiento de los combustibles para vehículos particulares, se precarizan las condiciones de vida de una población que ya sufre enormes problemas de acceso a la vivienda por los precios de los alquileres y la destrucción del estilo de vida autóctono tradicional”, han alegado.

Por otra parte, también han intentado poner en evidencia “la manipulación de la maquinaria de propaganda sionista, que está llevando a cabo al focalizarse únicamente en Hamás, para relacionar la contraofensiva del pueblo palestino desde Gaza con el fundamentalismo islámico”.

Los organizadores han contabilizado hasta un total de 13 colectivos armados que “están participando en el autodefensa palestina, entre las que se encuentra el Frente Popular de Liberación de Palestina de cariz marxista y laico o la presencia de Fatah en el gobierno de Cisjordania”.