David Gil ha colaborado en varios medios digitales. Ha sido Presidente de VOX en Baleares. En la actualidad es Portavoz adjunto de VOX en el Consell de Mallorca.
Mallorca, una de las joyas del Mediterráneo, atraviesa una crisis habitacional sin precedentes, fruto de una combinación de políticas fallidas y falta de control. Esta situación, lejos de mejorar, empeora cada día con la proliferación de ocupaciones ilegales, un fenómeno que ha crecido de manera alarmante. Desde VOX, consideramos que el derecho a la propiedad privada es un pilar fundamental de nuestra sociedad y, lamentablemente, está siendo vulnerado en nombre de una mal entendida “solidaridad” con aquellos que, en muchos casos, eligen ocupar viviendas ajenas de manera ilícita.
El acceso a la vivienda se ha vuelto una quimera para miles de ciudadanos mallorquines, quienes ven cómo los precios de alquiler y compra se disparan a niveles inalcanzables. Esto, lejos de ser una mera consecuencia del libre mercado, es resultado directo de unas políticas urbanísticas restrictivas que limitan la oferta de suelo edificable y, por lo tanto, encarecen el coste de las viviendas. Pero lo que agrava la situación es la permisividad de las autoridades frente a las ocupaciones ilegales.
FALTA DE ACCIÓN CONTRA LOS OCUPAS
La falta de acción contundente contra los ocupas crea un clima de inseguridad jurídica, donde los propietarios, muchas veces familias que dependen de esas viviendas para completar sus ingresos, se ven indefensos ante una justicia que no responde con la rapidez y contundencia que debería. El proceso judicial para recuperar una vivienda puede prolongarse durante meses, incluso años, mientras los ocupas disfrutan de la propiedad ajena sin pagar ni un solo euro.
VOX siempre ha defendido que la propiedad privada es inviolable. No es aceptable que aquellos que han trabajado toda su vida para conseguir un bien tan básico como una vivienda vean sus derechos pisoteados por una minoría que, además, goza del respaldo de ciertos partidos políticos que promueven una visión de la sociedad basada en el intervencionismo y la confiscación.
MAFIAS ORGANIZADAS
No podemos ignorar que muchas de las ocupaciones no responden a situaciones de necesidad, sino a la actuación de mafias organizadas que se lucran a costa del sufrimiento de los propietarios y la inacción de las instituciones. Estas mafias son las que deberían estar en el punto de mira de las políticas públicas, no las familias que, en muchos casos, se ven forzadas a alquilar a turistas como única forma de sobrevivir económicamente.
MEDIDAS CLARAS Y CONTUNDENTES
Desde VOX proponemos medidas claras y contundentes para abordar este problema. En primer lugar, una reforma profunda del sistema judicial para que los desalojos se ejecuten en un plazo máximo de 48 horas. En segundo lugar, un endurecimiento de las penas para los ocupas reincidentes y las mafias que los organizan. Finalmente, es esencial que se fomenten políticas que faciliten la construcción de nuevas viviendas, liberando suelo edificable y reduciendo las tareas burocráticas.
La crisis de la vivienda en Mallorca no puede seguir siendo utilizada como excusa para justificar la violación de derechos fundamentales. La solución pasa por defender la propiedad privada, incentivar la construcción de vivienda asequible y, sobre todo, poner fin a la ocupación ilegal. En VOX, estamos comprometidos con una Mallorca segura, próspera y donde se respeta el esfuerzo de quienes han trabajado para tener un techo bajo el cual vivir.
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