VOX ha sido el protagonista indiscutible del reciente debate de política general en el Consell de Mallorca. Mi compañero y portavoz, Toni Gili, no solo ha defendido con firmeza la acción de los departamentos que gestiona nuestro Grupo, a través del Vicepresidente 2º, Pedro Bestard y la Consejera Ejecutiva, Pilar Amate, sino que ha articulado un relato coherente, valiente y profundamente conectado con las preocupaciones reales de los mallorquines.

Este no ha sido un debate más. Ha sido un punto de inflexión. Porque mientras otros siguen hablando de eslóganes y promesas vacías, aquí se han puesto sobre la mesa los hechos: más de 476 proyectos ejecutados en los pueblos de Mallorca, inversión directa en infraestructuras básicas, pagos a tiempo, fin del sectarismo y apoyo real a quienes levantan la isla cada día con su trabajo.

“Por primera vez en años, los pueblos ya no suplican. Los pueblos de Mallorca sienten que hay alguien a su lado.”

Esta frase lo resume todo. Hoy, el municipalismo no es una pose. Es inversión real. Es pavimentar calles, renovar redes de agua, sostener ferias locales, dar fuerza al producto mallorquín. Es volver a mirar a los ojos a los alcaldes y decirles: no estáis solos.

El mundo rural ha dejado de ser invisible. Se acabó la criminalización del campo. Hoy se apuesta por la caza como parte de nuestra cultura, por los oficios tradicionales que conservan nuestro paisaje, por el producto local como símbolo de orgullo. “Sin el campo, Mallorca no es nada” no es una consigna, es una verdad que por fin se gobierna.

La defensa de la identidad ha sido otro de los pilares del discurso de Gili. Aquí no hay espacio para imposiciones lingüísticas ni para proyectos separatistas. Aquí se defiende el mallorquín, se respeta el español y se pone fin al dogma pancatalanista.

“Mallorca no es una región catalana. Es Mallorca. Y es España. Y no vamos a pedir perdón por decirlo.”

Tampoco se ha esquivado el drama social. Porque mientras se siguen destinando millones de euros a proyectos en el extranjero, aquí hay mayores que no pueden pagar la calefacción, jóvenes que no pueden alquilar, y familias enteras que encadenan trabajos sin futuro. La solidaridad empieza en casa. Y cuando no se prioriza, se abandona.

En materia de vivienda, se ha dicho lo que nadie más se atreve a decir: ocupar una casa no es un derecho, es un delito. Mallorca necesita seguridad jurídica, desalojo exprés, protección al propietario y un modelo que incentive el alquiler legal, no que castigue la propiedad privada.

“¿Qué justicia es esa que protege al que ocupa y abandona al que paga?”

También se ha hablado claro sobre movilidad. Nada de prohibir la entrada de coches, nada de castigar al residente o al turista. Hace falta mejorar carreteras, invertir en transporte público y legislar con sensatez. Y sí, se ha defendido con contundencia lo que otros atacan: el turismo.

“Atacar al turismo es atacar el pan de nuestros hijos.”

Mallorca no puede permitirse escupir sobre lo que la sostiene. El turismo es vida, empleo, futuro. Lo que se necesita no es destruirlo, sino ordenarlo y fortalecerlo.

Todo esto no son discursos. Son decisiones, inversiones, acciones reales desde los departamentos de VOX en el Consell. Medio Ambiente, Deportes, Desarrollo Local, Promoción Económica, Medio Rural… áreas donde, con gestión y valentía, se está recuperando lo que durante años fue olvidado.

Toni Gili lo ha dicho claro: “Mallorca ha empezado a despertar. Y esta vez, no volverá a dormirse.”

VOX no vino a gestionar ruinas ni a decorar un sistema fallido. Vino a servir, a transformar y a defender con coraje la Mallorca real. Y lo está cumpliendo. Paso a paso, pueblo a pueblo, medida a medida.

Porque cuando el abandono se convierte en impulso, cuando la resignación se convierte en orgullo, es que algo grande está pasando. Y ese algo tiene nombre: Mallorca. Y tiene quien la defienda: VOX.