Desde principios de año no veíamos una imagen como la que ilustra este artículo. El Estadio Balear ha sido esta mañana testigo de excepción del regreso de la afición a los campos en competición oficial (Segunda División B), eso sí, con las máximas medidas de seguridad: mascarilla, lavado de manos y una limitación de aforo de 1.000 personas.
Esta no es la primera vez que se permite la afluencia de público a un estadio. Este fin de semana, en el pabellón cerrado de Son Moix 1.000 personas presenciaron el Palma-Ribera Navarra de la Liga Nacional de Fútbol-Sala y hace algunas semanas en Sa Pobla el Poblense también permitió la entrada de espectadores ante el Atlético Baleares en un amistoso con su debida autorización.
De hecho, no todos los clubes ni en todas las competiciones se permite la entrada de espectadores, más bien al contrario. La Liga de Fútbol Profesional (LFP) no lo permite aunque ya ha publicado un protocolo para el regreso de los aficionados a los estadios, que ahora debe aprobar el Consejo Superior de Deportes (CSD). Por su parte, la UEFA ya permite el 30% del aforo en sus diferentes competiciones.
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