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La victoria de la libertad lingüística, bajo amenaza

por David Gil | 2 Dic, 2024 | Colaboradores, Opinión

David Gil.
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David Gil ha colaborado en varios medios digitales. Ha sido Presidente de VOX en Baleares. En la actualidad es Portavoz adjunto de VOX en el Consell de Mallorca.

La aprobación por parte del Partido Popular, aunque por error, a las enmiendas presentadas por Vox a la Ley de Simplificación Administrativa, que eliminan el catalán como requisito obligatorio en la función pública y en la educación en Baleares, marca un paso crucial hacia la libertad lingüística. Estas medidas no buscaban atacar el catalán, sino garantizar que ninguna lengua oficial se utilizara como herramienta de exclusión o discriminación. Era una victoria sin precedentes frente a décadas de imposiciones que han priorizado el uso del catalán sobre el español, una lengua igualmente oficial y mayoritaria en las islas.

Por primera vez, el Partido Popular parecía alinearse con las demandas de quienes exigen una verdadera igualdad lingüística y una administración pública más inclusiva. Sin embargo, la inmediata noticia de que el PP planea rectificar mediante un decretazo esta decisión es una señal alarmante de su falta de firmeza frente a las presiones de la izquierda y el separatismo. Si el PP finalmente da marcha atrás, quedará claro que su supuesto compromiso con la moderación no es más que un disfraz para justificar su ambigüedad ideológica. Con este movimiento no solo traicionaría a sus votantes, sino que confirmaría su inclinación hacia las políticas que durante años han promovido la imposición lingüística en Baleares.

Ciertamente, la instrumentalización del catalán no es nueva. Durante décadas, ha sido utilizado como un arma política para dividir a la sociedad balear, excluir a quienes no se ajustan a las exigencias lingüísticas impuestas y consolidar un proyecto ideológico que prioriza los intereses del separatismo sobre los derechos individuales. La obligatoriedad del catalán como requisito excluyente en la función pública y la educación no solo discrimina, sino que también margina a gran parte de la población, impidiéndole acceder a oportunidades laborales y educativas en condiciones de igualdad. Las enmiendas de Vox representaban un paso hacia la eliminación de esta injusticia y la promoción de un modelo de convivencia más justo.

Así, el PP, que históricamente ha intentado posicionarse como defensor de la unidad de España y de los derechos individuales, está ahora en riesgo de tirar por la borda la poca credibilidad que le quedaba. Si cede a las presiones y revierte esta medida, no habrá diferencia sustancial entre el PP y los partidos que abiertamente apoyan la imposición lingüística y el proyecto separatista. Esta rectificación no sería una muestra de moderación ni de consenso, sino una clara señal de debilidad y de complicidad con quienes buscan imponer un modelo excluyente en Baleares.

Pues, la libertad lingüística no es una cuestión secundaria ni un capricho político; es un derecho fundamental que debe garantizarse en una sociedad democrática. Sin renunciar al reconocimiento estatutario del balear, no se trata en estos momentos de la eliminación del catalán, sino de evitar que se utilice como una herramienta de imposición. Es imperativo que las lenguas oficiales convivan en igualdad de condiciones, respetando las preferencias y derechos de los ciudadanos. Las medidas impulsadas por Vox eran un primer paso hacia este objetivo, y revertirlas supondría dar la espalda a miles de personas que exigen una administración pública y un sistema educativo más equitativos.

El PP tiene ahora la oportunidad de demostrar si realmente defiende los principios de igualdad y libertad que dice representar o si, por el contrario, prefiere alinearse con el separatismo y la izquierda, renunciando a su compromiso con los ciudadanos. Desde Vox, seguimos insistiendo en que la política no puede estar basada en estrategias oportunistas ni en concesiones a los sectores más radicales. La libertad lingüística es un pilar esencial de la convivencia, y cualquier intento de revertir los avances logrados será una traición a quienes confiaron en que el PP actuaría como un verdadero defensor de sus derechos.

El decretazo que planea el PP no solo es un ataque directo contra la libertad lingüística, sino también una evidencia de que, pese a su retórica supuestamente moderada, está dispuesto a ceder ante las políticas de imposición que tanto daño han causado en Baleares. La verdadera moderación no consiste en contentar a todos a costa de renunciar a los valores fundamentales, sino en defender con firmeza la igualdad y los derechos individuales. El PP debe decidir si está del lado de la libertad o si, una vez más, prefiere sumarse al proyecto ideológico del separatismo. Esta decisión marcará su verdadera posición y su futuro político.


Foto de archivo: La presidenta del Govern, Margalida Prohens, aparece en la foto de archivo en una audiencia en el Consolat de Mar al presidente de la Obra Cultural Balear, Antoni Llabrés, acompañado por la gerente de la entidad, Francisca Niell, y el gerente del Institut d’Estudis Baleàrics, Llorenç Perelló.

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