Es evidente que Luis García ha conectado con la afición mallorquinista desde el primer momento, siendo claro y transparente en las ruedas de prensa y, a pesar de algunas dudas con el inicio de Liga, ha construido un equipo donde todos se sienten importantes, muy sólido en defensa y poco a poco ha ido mejorando en ataque.
Es cierto que ahora el viento sopla a favor y todo son alabanzas, pero el camino es duro, largo y vendrán algunos momentos difíciles y el míster es el primero que lo sabe.
Parecía que sin Vicente Moreno no había un mañana y hemos visto que no es así.
Parecía que sin Vicente Moreno no había un mañana y hemos visto que no es así. A Moreno, nadie lo puede discutir, tiene un lugar de honor dentro de la historia del Mallorca. Llevar al equipo en solo dos años de Segunda B a Primera División es un hito que solo hasta ahora había conseguido Juan Carlos Lorenzo (en aquella época de Tercera a Primera, al no existir la Segunda B).
El entrenador valenciano junto con su cuerpo técnico devolvieron la ilusión a una afición ansiosa de éxitos y justo es reconocerlo, aunque también hay que achacarle parte de culpa -no la mayor- en el descenso de la temporada pasada.
La salida de Moreno no fue la mejor
No fue su mejor año y quizá tomó decisiones equivocadas en el aspecto deportivo y su salida tampoco fue la mejor, sobre todo porque trascendió a dos jornadas del final cuando el Mallorca aún tenía posibilidades de salvación.
Ahora hay que mirar al futuro y ojalá al final de temporada podamos llevarnos una alegría en estos tiempos tan difíciles.
Foto: RCD Mallorca.
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